sábado, 17 de junio de 2017

Despertar sonoro en Calavi

Los gallos hacen que arranque la jornada mucho antes de que empiece el día. Sin ningún respeto por los que descansan y sin que el amanecer haga ni de lejos todavía acto de presencia, los gallos tempraneros ya están cantando diana a pleno pulmón. Sin piedad, comienzan a templar sus clarines mucho antes de que se enciendan las primeras luces del día. Y lo hacen de una manera estrepitosa, casi grosera, indecente, impúdicamente, alardeando sin reparo alguno de su presencia, pavoneándose de su intromisión sonora. Las estruendosas notas de los desaprensivos gallos desgarran las mosquiteras al amanecer, ganan sin ninguna oposición la batalla del silencio y hacen el primer momento de cada nuevo día incompatible con el descanso. No hay otra alternativa que sucumbir. Contra sus ataques es imposible rebelarse, no queda más remedio que desvelarse.


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